Foro / Boda y Matrimonio

Diario de un perro

Última respuesta: 16 de marzo de 2006 a las 16:33
V
voica_6276783
16/3/06 a las 12:02

DIARIO DE UN PERRO





Una semana: Hoy hace una semana que he nacido. Qué alegría haber llegado a este mundo.



Un mes: Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.



Dos meses: Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba muy inquieta y con sus ojos me dijo adiós. Espero que mi nueva familia humana me cuide tan bien como ella me ha dicho que harán.



Cuatro meses: He crecido rápido, y todo me llama la atención. Hay varios niños en la casa que para mí son como hermanitos. Somos todos muy inquietos, ellos me tiran del rabito y yo les mordisqueo jugando. Nos divertimos mucho.



Cinco meses: Hoy me regañaron. Mi ama se molestó porque me hice pipí dentro de casa, pero nunca me habían dicho dónde hacerlo. Además duermo en un cuartito...y ¡ya no aguantaba más!



Ocho meses: Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar, y me siento tan seguro, tan protegido...Mi familia humana me quiere y me deja hacer muchas cosas. Cuando están comiendo yo les pido algo y siempre me lo dan. Y el jardín de casa es estupendo, y puedo escarbar como mis antepasados los lobos, escondiendo la comida. Creo que nunca hago nada mal porque nunca me dicen nada...



Doce meses: Hoy cumplí un año. ¡Soy un perro adulto! Mis amos dicen que crecí más de lo que ellos pensaban. Seguro que se sienten orgullosos de mí...



Trece meses: Que mal me sentí hoy. Mi hermanito, uno de los niños, me quitó la pelotita. ¡Yo nunca le quito sus juguetes! Así que se la quité, pero mis mandíbulas se han hecho fuertes y le hice daño sin querer. El gritó y lloró y yo me sentí muy triste. Después del susto me encadenaron casi sin poder moverme. Hacía mucho sol y tenía mucho calor y no había agua cerca...Y les oí decir que iban a tenerme en observación o algo así, y que soy un desagradecido. No entiendo nada.



Quince meses: Ya nada es igual. Vivo en la azotea y me siento muy solo. No se por qué mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed, y cuando llueve no tengo ningún techo para cobijarme.



Dieciséis meses: Hoy me bajaron de la azotea. Me puse muy contento de que me perdonaran, y daba saltos de gusto, y movía el rabito como nunca. ¡Y además me van a llevar de paseo! Monto en el coche y espero a ver a dónde me llevan, tengo muchas ganas de correr y jugar con mi familia. Paramos, abrieron la puerta y yo me bajé feliz. Estábamos en la carretera, al lado de un campo y pensé que pasaríamos un día estupendo. No entiendo por qué cerraron la puerta y se fueron. ¡Esperadme!, les grité, ¡Os olvidáis de mí! Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas, muy angustiado, iba viendo que no podría alcanzarles, que no podía correr más y el coche se iba haciendo pequeñito. Me habían olvidado.



Diecisiete meses: He intentado encontrar el camino para volver a casa y no lo he conseguido. Estoy perdido. A veces me encuentro con gente buena que me mira triste y me da algo de comer. Yo les doy las gracias con la mirada, y les digo que querría que me adoptaran, que les prometo ser leal como nadie...pero sólo dicen "pobre perrito, se debe haber perdido". Y se van y me dejan sólo otra vez.



Dieciocho meses: Es otro día pasé por un colegio y vi a muchos niños como mis antiguos hermanitos. Me acerqué y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia de piedras, "a ver quien tiene mejor puntería", decían. Una de las piedras me dio en un ojo y ya no veo con él.



Diecinueve meses: Ahora ya no se me acerca casi nadie, creo que es porque ya no soy un perro bonito. Estoy muy flaco, perdí mi ojo, tengo alguna herida de algún perro más fuerte que me mordió cuando intentaba comer y hace mucho que nadie me cepilla el pelo. La gente no me acaricia. Últimamente lo que abundan son los escobazos que me dan cuando intento dormir un poco a la sombra de alguno de sus porches.



Veinte meses: Casi no puedo moverme. Hoy intenté cruzar la calle por donde pasan coches y uno me atropelló. Aunque yo creo que estaba en un lugar seguro...y no olvidaré la mirada de satisfacción del conductor que hasta se ladeó con tal de darme...Si me hubiera matado...pero que va, sólo me dislocó la cadera y el dolor es horrible. Mis patas traseras no se movían, así que con mucha dificultad me arrastré hacia el borde del camino, donde había un poco de hierba.

Llevo diez días bajo el sol, la lluvia y el frío, sin comer. Ya no me puedo mover nada, el dolor es insoportable. Me siento muy mal, cuando llovió se hizo un charco donde yo estaba y como no podía moverme estuve mojado muchísimo tiempo, y creo que mi pelo se está cayendo. Alguna gente pasa sin verme, otros me dicen "no te acerques"...¡pero si ni me puedo mover!



Ya casi estoy inconsciente, pero una fuerza extraña me hizo abrir los ojos. Una mujer muy dulce me decía "pobre perrito, cómo te han dejado". Junto a ella venía un señor de bata blanca, que empezó a tocarme y dijo "lo siento señora, pero esto ya no tiene solución, es mejor que deje de sufrir". A la señora se le saltaron las lágrimas y asintió, y como pude, moví el rabito agradeciéndole que me ayudara a descansar. Sentí un pinchazo de la inyección y me dormí mientras ella me acariciaba la cabeza, pensando porqué tuve que nacer si nadie me quería.

Ver también

L
lunis3
16/3/06 a las 12:13

Una historia...
Es una historia muy triste.

Menos mal que todos los perros no se encuentran en las mismas circunstancias.

Muchos dueños, sobre todo los que no tienen hijos, los tratan como si fueran los hijos que nunca tuvieron. Los visten, les dan una alimentación especial (no las sobras de la comida), veterinario, aseo...

A
awatif_5819623
16/3/06 a las 16:33

Es terrible

Yo sufro mas por el sufrimiento de un animal que por el de una persona, que sabe hablar, y puede pedir o golpear puertas.


Me pasa muy a menudo que le doy de comer a perros de la calle, les compro cosas como panchos o patys, y cuando se los pongo en el piso, cortaditos y todo, ni siquiera lo pueden comer, por el estado en que estan.

Creo que ya ni saben lo que es la comida, no tienen fuerzas, uno hace poco se me sento encima, y de lo flaco que estaba me clavaba todos los huesos, y me dolia.

Yo los mimo, total despues llego a casa y me lavo las manos. Porque asi como la comida es importante los mimos tambien.

En otro caso una perrita embarazada a la que todo el barrio le dejaba comida y le habian armado una cuchita, cada vez que yo iba a darle algo se aproximaba a mi, con indiferencia hacia la comida, porque lo que queria era justamente mimos, asi que me quedaba un ratito con ella, acariciandole la cabecita.

Despues por suerte un taller la adopto y sus cachorritos creo que fueron a una asociacion de protecccion al animal.

Pero diariamente en la calle hay muchos perros hambrientos. La gente es frivola, no se apiadan demasiado, no les dan nada, y su estomago tiene hambre igual que el nuestro.

Cuando voy a la facultad llevo en el bolso alimento balanceado en una bolsita, proque si veo uno, tengo para darle.

Una amiga me lo vio y haciendose la muy paqueta me decia "ay que loca que estas", si, pero si todos tuvieran un poquito de la locura que tengo yo, este mundo seria un poco mejor, y no habria tantos perritos o gatitos con hambre.

Cuando tenga hijos les voy a enseñar lo mismo, para que sean solidarios desde pequeños.
El ayudar vidas ajenas es bueno, de la especie que sean, no importa.

ISDIN Si-Nails

ISDIN Si-Nails

Compartir
Videos, noticias, concursos y ¡muchas sorpresas!
facebook